Desde el enfriamiento adecuado hasta la esterilización correcta, el vacío acompaña a las vacunas desde la fabricación hasta la inyección. Cada tipo de vacuna tiene sus propios requisitos que deben cumplirse: una temperatura de almacenamiento concreta, una vida útil determinada y un medio de almacenamiento especial. Las bombas de vacío de Busch se utilizan para crear cada una de ellas y garantizar que la vacuna siga siendo eficaz y llegue al paciente de forma segura.
No reactivas y resistentes
Las vacunas líquidas deben almacenarse adecuadamente hasta que llegue el momento de inyectarse. El vidrio borosilicato es, con diferencia, el material más utilizado para los frascos de vidrio que contienen vacunas. Tiene la ventaja de no ser completamente reactivo a su contenido, de ser resistente a las enzimas y de ser capaz de soportar cambios de temperatura. Durante la fabricación, cuando la mezcla de borosilicato se funde, se somete a vacío para extraer cualquier burbuja de aire atrapada en el vidrio líquido. El vacío también garantiza que el vidrio fundido se distribuya equitativamente por todo el molde. Esto garantiza que el vidrio se forme de manera uniforme y sin puntos débiles, lo que proporciona al frasco la resistencia y estabilidad que necesita.Almacenamiento en frío e inyección esterilizada
Para mantener su efectividad, las vacunas deben mantenerse a una temperatura baja durante el transporte y el almacenamiento. La temperatura exacta necesaria depende de la vacuna, pero, para la mayoría de ellas, es de entre 2 y 8 °C. La regulación de la temperatura en la mayoría de los frigoríficos domésticos no es lo suficientemente exacta para satisfacer los estrictos requisitos de almacenamiento de vacunas, por lo que es fundamental contar con unidades de refrigeración ultraprecisas especiales para mantener la seguridad de la vacuna para el paciente. Las bombas de vacío de Busch se utilizan para llenar los circuitos de refrigeración de estas unidades de refrigeración con los gases adecuados.Para que la vacuna pase del vial al paciente, hay otros dos componentes importantes: la jeringa y la aguja. Estos productos se esterilizan a baja temperatura utilizando gas de óxido de etileno mezclado con vapor. El óxido de etileno es un agente esterilizante antimicrobiano que mata bacterias, virus y hongos. Puede penetrar varias capas de envasado y esterilizar incluso zonas de difícil acceso. Sin embargo, dado que es altamente explosivo, requiere una manipulación especial. Las agujas y jeringas de la vacuna se sitúan dentro de una cámara de esterilización hermética y el aire del interior se evacúa con una bomba de vacío de Busch. A continuación, se introduce vapor y óxido de etileno. Una vez completado el ciclo de esterilización, se bombea nitrógeno a la cámara y se extrae la mezcla de gas resultante mediante vacío. Las jeringas y las agujas están esterilizadas, no contienen óxido de etileno y pueden utilizarse con seguridad.