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La sobrepresión hace que las bacterias trabajen

Tratamiento eficiente de aguas residuales

Las bacterias son los héroes ocultos del tratamiento de aguas residuales. Estos ayudantes microscópicos, que están presentes naturalmente en las aguas residuales, ayudan a eliminar los contaminantes disueltos y hacen que el agua sea segura para su reutilización. En una planta de tratamiento municipal, las soplantes de Busch proporcionan el oxígeno que les ayuda a prosperar.

Los sistemas urbanos de aguas residuales son infraestructuras enormes. Conectan cada casa, oficina y tienda con complejas redes de tuberías, a veces de hasta cientos de kilómetros de longitud. Cada vez que se tira de la cadena de un inodoro, se vacía una bañera o se abre un grifo, las aguas residuales resultantes comienzan un viaje a través de tuberías, alcantarillas y etapas de tratamiento de aguas residuales antes de que finalmente puedan volver al medio ambiente natural.

Filtro y separación

Las aguas residuales llegan a la planta municipal de tratamiento de aguas tras pasar por las canalizaciones. Allí pasan por la primera de varias etapas: la filtración. Las aguas residuales pueden acumular todo tipo de residuos, desde paños húmedos hasta ramas de árboles. La filtración elimina estos sólidos más grandes que, de otro modo, podrían causar problemas durante el tratamiento. A continuación, las aguas residuales se acumulan en depósitos de sedimentos. Esto permite separar el líquido, conocido como efluente, y los sólidos, o lodos de depuradora: los lodos se acumulan en el fondo del depósito y el efluente continúa hacia el siguiente paso. Sin embargo, en esta etapa todavía contiene materia orgánica disuelta. Es necesario un segundo tratamiento, utilizando un método biológico llamado depuración biológica por lodos activados.

Un lodo vivo

Los lodos residuales están llenos de bacterias y microbios. Con el tiempo, estos descomponen gradualmente los residuos sólidos. Sin embargo, el oxígeno contenido en el lodo se agota rápidamente, lo que ralentiza la actividad microbiana. Para mantener el proceso de biodegradación en marcha, se debe reintroducir oxígeno. Esto se consigue con una soplante de Busch. La soplante inyecta continuamente aire en el efluente para crear un caudal constante de pequeñas burbujas de aire. Estas burbujas suben a través de las aguas residuales y distribuyen eficazmente el oxígeno por todo el depósito. La alta concentración de oxígeno estimula el crecimiento bacteriano y permite que los microbios prosperen. Estos digieren las impurezas disueltas y, cuanto más se comen, más se multiplican, lo que hace que el proceso sea extremadamente eficiente. A medida que crecen en número, forman microcolonias. Estas caen al fondo de la siguiente etapa, el depósito de sedimentación, donde se convierte eficazmente la materia disuelta en sólidos que se pueden eliminar. Después de una filtración final a través de un lecho de arena, el agua está limpia y sin contaminantes.
Toma de muestras de aguas residuales

Dondequiera que haya una población humana, habrá aguas residuales. Y allí donde hay seres humanos, también hay virus y enfermedades. Por lo tanto, es lógico utilizar uno para examinar el otro. El muestreo de aguas residuales adquirió mayor importancia durante la pandemia de COVID para identificar los puntos críticos, pero el concepto ha existido durante muchos años. Al inspeccionar las aguas residuales para ver qué bacterias y virus contienen, las autoridades sanitarias pueden identificar brotes de enfermedades como la polio, el cólera y el tifus sin depender de los datos proporcionados por las pruebas individuales. Esto ayuda a mantenerse al tanto de lo que de otro modo serían «puntos ciegos», como áreas con atención sanitaria insuficiente o donde las tasas de pruebas son bajas. La monitorización se puede realizar a un alto nivel, como en toda una ciudad, o limitarse a lo que está sucediendo en un edificio en particular, como una residencia de ancianos o una escuela. Por lo tanto, se pueden identificar propagaciones de enfermedades no detectadas para poder tomar las medidas adecuadas. Esto permite mapear y determinar tendencias, lo que permite a las autoridades sanitarias prepararse y dar la orientación correcta al público en general.