Todo comenzó con una idea visionaria: en 1963, el doctor Karl Busch y su esposa Ayhan Busch hicieron realidad su idea de una tecnología de vacío industrial más sencilla, más eficiente y fácil de usar.
Desde entonces, su visión ha hecho prosperar muchos productos innovadores que hacen que nuestras vidas sean más sencillas y agradables. La primera bomba de vacío de Busch revolucionó el mercado del envasado: su alto rendimiento y sus dimensiones compactas hacen que sea ideal para envasar alimentos al vacío o en una atmósfera modificada. Esta técnica de envasado redujo la cantidad de alimentos que se echaban a perder y aumentó la variedad de alimentos disponibles. El nuevo envasado permitió a mucha gente comprar los productos que querían por primera vez.
El continuo desarrollo de la tecnología de vacío por parte de Busch ha influido en muchas otras innovaciones: podemos encontrar ejemplos en las industrias de los semiconductores y de los
plásticos, así como en la producción de pantallas planas. El objetivo de todo este trabajo de desarrollo era –y sigue siendo– ofrecer a nuestros clientes soluciones óptimas desde el punto de vista técnico y económico. Las relaciones comerciales cercanas que mantenemos con nuestros clientes son la clave de nuestro éxito, ya que, sin nuestros clientes innovadores y con visión de futuro, muchos desarrollos cruciales no habrían sido posibles.
Por tanto, la familia Busch ha decidido ofrecer un reconocimiento a las empresas e individuos que han contribuido a la innovación dentro del sector de la tecnología de vacío con el objetivo de mejorar la vida de las personas y el medio ambiente. El primer «premio Busch a la innovación en tecnologías de vacío» se concedió por primera vez en 2013, durante las celebraciones del 50º aniversario de la empresa