En una planta de tratamiento municipal a gran escala, el método de aireación más común es la aireación por difusión.

Introduce aire en las aguas residuales a través de una red de difusores en forma de tubo, disco o placa. Estos difusores reciben un suministro constante de aire a través de una soplante o un compresor y producen una corriente de burbujas que suben por las aguas residuales. Las burbujas transportan oxígeno a todas las áreas del depósito, lo que permite la proliferación de las bacterias.

Los difusores se extienden en una formación de rejilla en la base del tanque de aireación para maximizar su eficiencia y garantizar una aireación adecuada.

La aireación de lagunas es una variación del proceso de lodos activados utilizado en las plantas de tratamiento de aguas residuales en zonas rurales con bajo caudal.

También es un proceso biológico que se basa en los microbios naturales presentes en las aguas residuales. Sin embargo, en lugar de los grandes tanques de aireación que normalmente se utilizan en el proceso de lodos activados, las aguas residuales se almacenan en una serie de cuencas poco profundas, también llamadas lagunas.

Se inyecta aire continuamente para suministrar oxígeno a los microbios. Por lo general, esto se proporciona a través de la aireación de la superficie, por ejemplo con un aireador de cepillo flotador.

Sin embargo, el caudal de aire también puede proporcionarse mediante una red de aireación difusa conectada a una soplante o un compresor.

Los reactores por lotes de secuenciación (SBR) son un conjunto de dos o más cuencas o depósitos idénticos con una entrada común en la que tiene lugar una versión del proceso de lodos activados.

Cada cubeta pasa por cinco fases distintas:

El tratamiento de aguas residuales en un reactor de biopelícula de lecho móvil consiste en un tanque de aireación y virutas de plástico flotantes.

Estos chips, conocidos como portadores, proporcionan una superficie donde puede crecer una biopelícula de bacterias. Los portadores varían en tamaño y forma y suelen estar hechos de plástico con una densidad similar a la del agua para que se mezclen a través de las aguas residuales sin hundirse.

Al igual que en el proceso de lodos activados, son las bacterias las que descomponen los contaminantes disueltos. La ventilación proporcionada por una soplante o un compresor garantiza que los portadores estén en movimiento constante alrededor del tanque. Este movimiento y la gran superficie garantizan el máximo contacto entre el oxígeno, las bacterias y las aguas residuales en proceso.

Una soplante es una máquina que mueve gas o aire aumentando ligeramente la presión. El aire se atrapa y comprime, y luego se libera de nuevo, ahora a una presión más alta. El principio de funcionamiento exacto depende del tipo de soplante.

No se emplea ninguna tecnología de soplante específica para la aireación: el nombre se refiere únicamente a la aplicación de soplante. En el tratamiento de aguas residuales, una soplante proporciona un caudal continuo de aire a los procesos que requieren oxígeno. Esto es esencial para las etapas de tratamiento que utilizan microbios y bacterias naturales para descomponer los residuos orgánicos, ya que estos necesitan oxígeno para funcionar y multiplicarse.

Existen varios tipos de compresores y soplantes para el tratamiento de aguas residuales. Las soluciones de Busch incluyen las siguientes tecnologías:

La aireación es una parte esencial del tratamiento de aguas residuales. Las bacterias presentes de forma natural en las aguas residuales necesitan oxígeno para multiplicarse y descomponer la materia orgánica. Este se inyecta en los tanques de aireación mediante un compresor o una soplante, normalmente a través de una red de difusores.

Los equipos de sobrepresión también se utilizan en otras aplicaciones dentro de la industria de aguas residuales, como la circulación del agua para eliminar residuos o limpiar filtros.

Determinar el caudal que necesita para su sistema de aireación es un cálculo complejo. Depende de una serie de variables, como la cantidad de materia orgánica que contienen las aguas residuales y la profundidad del depósito.

Estos cálculos deben ser realizados por un experto en ingeniería especializado en el diseño de plantas de tratamiento de aguas residuales. Sobre la base de esta información, podemos ayudarle a tomar una decisión informada sobre qué tecnología es la mejor.

La tecnología que necesita su proceso depende en gran medida de sus requisitos de presión.

Un compresor puede proporcionar un caudal de aire a una presión superior a la de una soplante. Pero para procesos que no requieren tanta presión como puede ofrecer un compresor, una soplante es una solución más adecuada y económica.

Póngase en contacto con nosotros: estaremos encantados de asesorarle sobre la mejor tecnología para su proceso.

Hay una serie de criterios que debe evaluar a la hora de considerar qué soplante o compresor utilizar para su aplicación de tratamiento de aguas residuales. Entre ellos se incluyen:

Aunque tanto un compresor como un soplante crean sobrepresión, utilizan diferentes métodos y brindan diferentes resultados.

Una soplante utiliza un ligero aumento de la presión para empujar el gas o el aire en una dirección determinada. Un compresor aumenta la presión del aire o gas comprimiéndolo en un espacio pequeño y haciéndolo más denso antes de descargarlo.