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Visibilidad clara del sol

El vacío permite una observación precisa

Para estudiar la actividad del Sol se necesitan telescopios distintos a los que se usan para observar el cielo nocturno. Uno de estos telescopios es el telescopio de vacío. En su cámara de vacío, la trayectoria de la luz solar capturada no sufre perturbaciones.

Cuando los astrónomos observan las estrellas mediante dispositivos ópticos, valoran mucho cada fotón incidente. Los espejos cada vez mayores de sus telescopios tienen el propósito principal de capturar la mayor cantidad posible de la escasa luz que ha recorrido un gran trayecto desde las galaxias lejanas hasta nosotros. No deben preocuparse por ningún efecto secundario de estos débiles rayos.

Pero hay una estrella en concreto en la que las reglas son diferentes: el Sol, que inunda nuestro planeta con una radiación de alta energía que, en primer lugar, hace posible la vida aquí. Los astrónomos solares, por tanto, deben hacer frente a una superabundancia de rayos de luz, entre los cuales tienen que filtrar las imágenes deseadas mediante artificios técnicos.

En este caso, el calor es un problema clave. Los rayos de luz capturados y enfocados por las lentes llevan consigo cantidades considerables de energía. En un telescopio ordinario, esta calentaría el aire y lo elevaría. Puesto que el índice de refracción del aire cambia con su temperatura, el haz de luz que pasa se desviaría debido a la turbulencia en el interior del dispositivo. La imagen capturada se vería borrosa y no ofrecería ninguna información.

Para evitar este efecto en la observación del Sol, se inventó el telescopio de la torre a vacío (VTT). Uno de estos telescopios es el VTT del Instituto Kiepenheuer para Física Solar (con sede en Friburgo) que está en Tenerife. Debido a que debe estar lo más lejos posible de las turbulentas capas de aire sobre el suelo calentado por el sol, se aloja en una torre de 38 metros de altura. Para minimizar todavía más el movimiento del aire ambiente, la torre está pintada de blanco brillante. Esto hace que absorba la menor cantidad posible de radiación de calor.

Dos espejos pivotantes ubicados en el tejado de la torre capturan la luz del sol. Estos dirigen la luz hacia un tubo vertical en el que se encuentra el telescopio. Esta cámara mide 21 metros de largo y 1,80 metros de diámetro. Durante las tareas de mantenimiento anual, la cámara se evacúa hasta alcanzar un nivel de vacío de menos de 0,5 milibares cada vez utilizando dos bombas de vacío conectadas en serie.

Gracias a la longitud de la cámara, el punto focal del telescopio se encuentra en el vacío. La radiación de calor entrante no puede generar ninguna turbulencia de aire allí, lo cual evita la formación de rayas ópticas debidas al calor. Los astrónomos utilizan el VTT, entre otras cosas, para obtener imágenes detalladas de las manchas solares. Su actividad tiene un efecto directo sobre el campo magnético de la Tierra. Entre otras cosas, también pueden influir en el funcionamiento de los dispositivos y equipos eléctricos.
¿Qué efecto tienen las manchas solares en nuestro día a día?

Además de su luz, el Sol también envía un flujo constante de partículas cargadas al espacio. Este «viento solar» ataca de forma incesante el campo magnético de la Tierra y este, por suerte, lo desvía. Si esto no fuera así, esta tormenta de partículas llegaría a la superficie terrestre y toda la vida se extinguiría. Sin embargo, el viento solar no siempre es igual de fuerte. Su formación se ve afectada por el campo magnético del Sol. Sus fluctuaciones dan como resultado la formación de un número particularmente grande de manchas solares en la superficie del Sol cada once años. Estas manchas amplifican el viento solar con una emisión de partículas adicional, que puede crecer hasta convertirse en «tormentas solares». El 13 de marzo de 1989, una de estas tormentas paralizó la red de suministro eléctrico de la provincia canadiense de Quebec durante 90 segundos y provocó daños que ascendieron a más de mil millones de dólares.