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Reciclaje eficaz de los residuos

La evaporación por vacío reduce el contenido de agua en los residuos de biogás

En las plantas de biogás se recogen grandes cantidades de residuos de fermentación. Con la ayuda de las bombas de vacío, muchas de ellas fabricadas por BUSCH estos residuos son más fáciles de gestionar y se pueden transformar en productos derivados valiosos.

El biogás está compuesto principalmente por metano (CH4). Esta molécula está formada por un átomo de carbono y cuatro de hidrógeno. Esto significa que, cuando se quema, libera cuatro veces más moléculas de agua que el CO2. Y aunque se trata de un gas de efecto invernadero, permanece dentro de un ciclo inocuo: la planta de la que se origina el material orgánico en última instancia ha absorbido previamente el dióxido de carbono del aire.

Residuos con alto contenido de humedad

Sin embargo, solo una parte del material se convierte en gas. En el sistema queda una sustancia conocida como resto de fermentación. Este tiene un alto contenido de humedad y suele ser fluido, especialmente si el sistema utiliza purines. En teoría, este residuo puede utilizarse como fertilizante. Sin embargo, los restos de fermentación fluidos están sujetos a condiciones similares a las de los purines. En Alemania, por ejemplo, primero deben almacenarse varios meses y solo pueden aplicarse en una extensión limitada.

Almacenar cantidades cada vez mayores de restos de fermentación cuesta mucho dinero y requiere mucho espacio libre. Por esta razón, una buena idea es reducir su cantidad extrayendo el agua del material. Dado que las plantas de biogás suelen estar combinadas con centrales termoeléctricas, el calor residual de estas puede usarse para evaporar el agua. Para aumentar la eficiencia energética, lo mejor es que este proceso se lleve a cabo en cámaras de vacío.

Agua pura y concentrado

El agua evaporada se condensa después de recircular el calor. El concentrado de los restos de fermentación contiene todos los nutrientes del material de origen. Este puede secarse, convertirse en compost y utilizarse como fertilizante orgánico.

El vacío no solo reduce el consumo energético. Todos los gases residuales originados del material se vuelven a introducir en la planta de biogás para poder reutilizarlos. Como la planta tiene que estar sellada herméticamente, los malos olores también se minimizan. Existen varias bombas de vacío o combinaciones adecuadas para la generación de vacío en función del tamaño y del diseño. BUSCH ofrece una amplia variedad de opciones para que siempre pueda encontrar la solución óptima.

¿Qué tiene que ver la lepra con el biogás?

El biogás se descubrió en Occidente como fuente de energía a partir de la crisis petrolera de la década de 1970. El boom actual del biogás no dio comienzo hasta el inicio del nuevo milenio y fue acelerando el ritmo a medida que avanzaba el cambio climático. Pero la primera planta de biogás se había instalado mucho antes, en 1859, en una colonia de enfermos de lepra en Bombay (India). En la ciudad inglesa de Exeter, las farolas de gas del alumbrado de las calles llevaban utilizando biogás obtenido de aguas residuales desde 1895. En otras ciudades, el biogás obtenido en las plantas depuradoras de aguas residuales se utilizaba para alimentar la red de gas local. Otros utilizaban el gas como combustible para sus flotas de vehículos. En Zúrich, por ejemplo, el servicio de recogida de basuras funcionó con biogás hasta 1973. En países como India, China, Corea del Sur, Taiwán, Malasia o Botsuana, muchas casas, sobre todo en las zonas rurales, utilizan pequeñas plantas de biogás como fuente de energía privada. El gas se utiliza principalmente para cocinar.