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Calefacción ecológica.

La calefacción urbana crea una atmósfera más agradable gracias al vacío

Las tuberías de calefacción urbana están sometidas constantemente al ataque del agua corrosiva. Utilizar productos químicos para tratarlo es perjudicial para el medioambiente. Pero las bombas de vacío de BUSCH pueden resolver el problema.


La calefacción urbana existe desde finales del siglo XIX. Muchas ciudades y pueblos, como Nueva York, Moscú o Berlín, la utilizan. Una red de tuberías envía agua o vapor caliente desde una central eléctrica a áreas urbanas enteras.

Las fugas gastan energía

Principalmente debido a su generación «colectiva» en lugar de «individual», la calefacción urbana siempre se ha considerado una aplicación respetuosa con el medioambiente. Más aún tras las crisis del petróleo de la OPEP a mediados de la década de 1970. Las empresas energéticas pasaron de quemar combustibles fósiles para generar calor a alternativas como la energía solar o el biogás. Un punto ecológico más para la calefacción urbana. Sin embargo, es necesario eliminar las propiedades perjudiciales del agua del circuito, entre las que se incluyen gases como el oxígeno o la sal. Si estos elementos entran en el sistema, las tuberías se corroen y se producen fugas. Esto provoca un desperdicio de energía. Lo mismo sucede cuando las tuberías de calefacción están mal aisladas. Dos puntos ecológicos menos.

Un agua más amable

La desgasificación por membrana resuelve el problema de la corrosión. Una vez eliminadas las sales mediante ósmosis inversa, tiene lugar la desgasificación. El agua desmineralizada del circuito se aspira a través de una membrana usando vacío. Solo los gases pueden penetrar por sus finos hilos. Esto permite separar el agua del gas. En este proceso no participa ningún producto químico desgasificante tóxico. Entonces, el agua de buena calidad se vuelve a introducir en el circuito. Los gases eliminados se acaban liberando a la atmósfera, donde ya existen de forma natural.

Más caliente durante más tiempo

El vacío también participa en el aislamiento. Para evitar que las aguas subterráneas enfríen el agua del circuito, esta pasa por una tubería interior. Esta tubería está protegida por otra tubería exterior más grande. El espacio entre ellas actúa como aislamiento. Este espacio se rellena con lana de roca y, además, se somete a vacío. El uso de la tecnología de vacío de BUSCH para la desgasificación y el aislamiento no conlleva la pérdida de ningún punto ecológico. Antes al contrario, suma una estrella de oro en materia de ecología.