Con aproximadamente 2000 millones de vehículos con motor de combustión en las carreteras del mundo, cambiar la fuente de combustible del transporte sería un gran paso en la batalla contra el cambio climático. El desarrollo de celdas de combustible de hidrógeno significa que ahora podemos aprovechar el hidrógeno como un medio limpio y ecológico de alimentar equipos grandes y pequeños, lo que incluye hacer del transporte público una forma aún más ecológica de desplazarse. Muchas ciudades están adoptando ahora esta nueva tecnología e introduciendo autobuses de hidrógeno en su parque móvil, haciendo realidad lo que antes era un sueño lejano.
Una fuente de alimentación universal
Las celdas de combustible de hidrógeno son extremadamente versátiles. Aunque cada celda produce solo una pequeña cantidad de electricidad, al combinarlas, se pueden utilizar para alimentar prácticamente cualquier cosa: un ordenador, un tren, una central eléctrica local, e incluso proporcionan energía auxiliar en muchas naves espaciales. En los vehículos, ofrecen varias ventajas con respecto a los combustibles fósiles. Comparada con un motor de combustión interna estándar, la conversión de combustible en energía es mucho mayor. Y, a diferencia de los combustibles fósiles, las celdas de combustible de hidrógeno son muy limpias. Solo producen electricidad, calor y agua, lo que se traduce en un transporte sin emisiones.Para la propulsión de un autobús de hidrógeno se utiliza una combinación de pilas de combustible y baterías. El gas de hidrógeno puro se bombea a los cilindros de almacenamiento de la misma forma que el repostaje de un vehículo convencional. La energía eléctrica generada por la celda de combustible carga los paquetes de baterías. Estas baterías almacenan electricidad para proporcionar un refuerzo adicional cuando es necesario, como al acelerar bruscamente o subir una pendiente pronunciada.
Redondear el circuito
Una celda de combustible de hidrógeno se compone de tres piezas básicas: dos electrodos y una membrana electrolítica. El hidrógeno se inyecta en el electrodo negativo. Cada átomo se separa en protones y electrones, que toman diferentes caminos hacia el electrodo positivo. Los electrones crean el flujo eléctrico alrededor de un circuito, mientras que los protones pasan a través de la membrana electrolítica. Allí se recombinan y se unen con el oxígeno del aire para crear agua y calor.Para evitar que el oxígeno se deslice hacia el electrodo negativo y se encuentre con el hidrógeno demasiado pronto en el proceso, se inyecta hidrógeno en exceso en el circuito. Por lo tanto, este excedente debe eliminarse de nuevo. La simple liberación sería ineficiente y podría crear una atmósfera explosiva alrededor de la celda de combustible. Para cerrar el circuito, un compresor especial de Busch recircula el hidrógeno. Recoge los átomos de hidrógeno sobrantes en el electrodo positivo y los desvía de vuelta al comienzo del proceso. Allí, comienzan su viaje de nuevo, dividiéndose y recombinándose hasta que finalmente abandonan el proceso en forma de agua.