Todo el mundo habla de la diversidad. Mucha gente no pasa de las palabras, pero nosotros lo ponemos en práctica. No es una tarea fácil, pero aceptamos el reto.
Desde nuestra fundación, hace más de cincuenta años, nos hemos centrado en la igualdad de oportunidades, las biografías individuales y las capacidades personales. De ahí sacamos nuestra fuerza y de ahí provienen nuestros enfoques creativos de las soluciones.
A pesar de que las mujeres constituyen más de la mitad de la población mundial, aún no alcanzan su pleno potencial.
Sin embargo, la diversidad es mucho más que una cuestión de género. Es una cuestión de origen étnico y social, de orientación sexual, de capacidad y discapacidad, e incluso de neurodiversidad. La inclusión es esencial para una verdadera creación de equipos, para la motivación y para una sólida toma de decisiones.
En Busch, el término interdisciplinario no es solo una palabra de moda en los anuncios de empleo. Diferentes nacionalidades, religiones y géneros trabajan juntos de forma extremadamente productiva, apoyados y protegidos por nuestra cultura corporativa abierta.
Para nosotros, lo que cuenta es el individuo. Animamos y desafiamos a todos los empleados. Nos vemos no solo como una empresa familiar, sino como una gran familia global, con todas sus facetas, visiones del mundo y habilidades.
El tercer empleado de la empresa era sordo, ha habido una mujer al frente de nuestra filial de Ventas en España desde los años 80, y tenemos equipos locales en todas nuestras filiales de Ventas.
Como en una familia de verdad, nos defendemos unos a otros. Y desarrollamos las mejores soluciones para nuestros clientes. No a pesar de nuestra diversidad, sino gracias a ella.