Por favor, actualiza tu navegador.

Parece que estás utilizando una versión antigua del navegador Microsoft Edge. Para obtener la mejor experiencia con el sitio web de Busch, actualice su navegador.

metallic_coating_plastics_2

Patatas fritas crujientes y accesorios brillantes

Las capas de metal se aplican al plástico bajo vacío

Desde láminas de composite hasta alcachofas de ducha y reflectores, los plásticos con superficies metálicas están en todas partes. Suelen producirse con bombas de vacío BUSCH .

Duras, relucientes y selladas herméticamente

Para evitar que las patatas fritas se enrancien y se pasen, el interior de la mayoría de bolsas de patatas está recubierto con una capa ultrafina de aluminio. Esto hace que la lámina de plástico sea impermeable al aire, el agua y el vapor, así como a la luz ultravioleta. También evita que los sabores escapen mediante difusión, como sucedería con láminas de plástico puro.

Una gran cantidad de las cosas que parecen metal es en realidad plástico recubierto. Esto sucede también, por ejemplo, con la mayoría de los accesorios de baño metalizados brillantes. Además de darles un aspecto más atractivo, el papel principal de la capa de metal es ofrecer una superficie exterior dura y con protección mecánica. En otros productos, como los espejos de aluminio o los reflectores de los faros de los coches, el objetivo son las propiedades visuales. En estas aplicaciones, es necesario que las superficies reflejen la luz completamente en una dirección determinada.

¿Evaporación o pulverización?

Los tejidos y no tejidos también pueden tener un recubrimiento metálico, por ejemplo en los materiales aislantes o en la ropa funcional. Además de aluminio se utilizan muchos otros metales, como el titanio, el hierro, el oro y la plata. Estos deben evaporarse o convertirse en iones para aplicarlos a materiales plásticos blandos y sensibles al calor. El vapor y los iones de metal pueden depositarse sobre los sustratos en capas extremadamente finas.

Los procesos utilizados para este fin se denominan conjuntamente deposición física de vapor (PVD). Muchos modelos de bomba de vacío BUSCH se pueden instalar en sistemas de PVD o combinarse con ellos. Los metales se evaporan en estos sistemas mediante calor, haz de electrones o láser, o bien se pulverizan mediante el bombardeo con iones de argón, y se distribuyen al mismo tiempo átomo por átomo sobre el objeto de destino. En alto vacío se pueden mantener unas temperaturas bajas, se pueden evitar las interferencias y las capas siempre se pueden aplicar de manera uniforme.
¿Cómo funciona la deposición física de vapor (PVD)?

Gracias a la deposición física de vapor (PVD) se puede aplicar a las piezas de trabajo un recubrimiento uniforme, con un grosor de entre varios nanómetros y varios micrómetros. Además de los metales, como materiales de recubrimiento se utilizan materiales cerámicos o carbono, por ejemplo, en forma de grafito. La pieza de trabajo (sustrato) y el material de recubrimiento se colocan en una cámara de evacuación. En ella, el material de recubrimiento sólido pasa a estado gaseoso o, como diríamos coloquialmente, se «vaporiza».

Esto se puede hacer térmicamente (aplicando calor) o con la ayuda de haces de electrones o rayos láser. El material de recubrimiento también se puede convertir en una sustancia gaseosa mediante la atomización. En este proceso, el material se bombardea con iones de un gas noble inerte, generalmente argón. Los iones del gas se aceleran mediante un alto voltaje eléctrico hasta el punto de que separan a golpes cada átomo cuando impactan sobre el material.

De este modo, el material de recubrimiento gaseoso se dirige hacia el objeto de destino. Las partículas se depositan en él. Estas no permanecen en el lugar con el que chocan, sino que se mueven por la superficie hasta que encuentran un lugar con una energía de adhesión especialmente alta. Esto crea unas capas muy uniformes que replican a la perfección el contorno de la superficie original.