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Sin hojas blandas

Mantener la ensalada crujiente al vacío

Una ensalada marchita es algo muy triste. Una vez cortadas, las verduras se vuelven mustias rápidamente a menos que se traten exactamente como es necesario. La solución es el envasado de ensaladas con su propia atmósfera, posible gracias al vacío de Busch.

La ensalada preparada que se encuentra en el supermercado suele venir envasada en una bolsa o un cuenco de plástico. Las ensaladas son muy sensibles a los cambios de atmósfera y se deterioran rápidamente sin la protección adecuada. Aunque no se estropeen, tendrán un aspecto mucho menos apetitoso y pueden desecharse. El envasado y la elaboración adecuados durante el proceso de envasado pueden prolongar la vida útil de la ensalada cortada.

Una atmósfera especial

Los cuencos para ensaladas suelen estar sellados con una tapa de película de plástico que se puede rasgar cuando llega el momento de comer. Pero esta tapa no solo sirve para que la ensalada no se caiga del cuenco a la bolsa de la compra, sino que también sirve para mantener fuera el aire «normal» y una atmósfera modificada especialmente. Durante el proceso de envasado, las bombas de vacío extraen el aire normal del tambor y se bombea una combinación especial de oxígeno, dióxido de carbono y nitrógeno para sustituirlo. A continuación, la tapa se cierra y la ensalada queda segura en su interior en una nueva atmósfera.

Una ensalada que respira

Pero, ¿por qué la ensalada necesita una atmósfera especial? Una vez recogidos, los frutos y las hortalizas siguen «respirando», consumiendo oxígeno, expulsando dióxido de carbono y generando vapor de agua. El aire normal está bien para las hojas que siguen creciendo en el suelo, pero una vez cortadas, necesitan un cuidado especial. Una atmósfera modificada para ensalada debe contener exactamente el equilibrio adecuado de oxígeno y dióxido de carbono: el oxígeno debe reducirse para ralentizar la respiración, pero no debe reducirse demasiado, de lo contrario la ensalada puede adquirir un sabor extraño. Demasiado dióxido de carbono también puede tener un efecto negativo, ya que acelera la descomposición de la ensalada. Sin embargo, con la ayuda de las bombas de vacío de Busch, la atmósfera modificada garantiza que la ensalada se mantenga fresca y crujiente durante más tiempo.
Lechugas cultivadas en el espacio

La Tierra ya no es el único lugar del universo donde se cultivan las hojas de ensalada. En 2015, los astronautas de la NASA en la Estación Espacial Internacional lograron cultivar y cosechar lechuga romana fuera de la atmósfera terrestre. La lechuga se sembró en una cámara de cultivo vegetal especial en el marco de un experimento para ver si crecía sin la influencia de la gravedad y, de hacerlo, si los resultados eran comestibles. Afortunadamente, el resultado de ambos fue un sí rotundo, que dio luz verde al cultivo de diferentes frutas y hortalizas en el espacio: un paso fundamental para planificar misiones más largas en nuestro sistema solar.