Volátil y tóxico
Hay un grupo de sustancias que tienen un papel especialmente importante en la contaminación del suelo: los compuestos orgánicos volátiles (COV). Entre estos están, por ejemplo, la mayoría de derivados del petróleo. No es raro encontrarlos en el suelo, como herencia del pasado.Los COV son nocivos y algunos incluso tóxicos. Si penetran en el agua subterránea, esta deja de ser potable. Como sustancias volátiles, se difunden en la atmósfera cerca de la tierra y pueden contaminar el aire que respiramos en los alrededores. Los terrenos contaminados no pueden utilizarse para la agricultura ni la construcción, y deben ser descontaminados.
Aire del suelo y vacío térmico
La descontaminación puede realizarse in situ mediante la extracción de vapor del suelo. Para ello, se crean orificios verticales en el terreno contaminado y se insertan tuberías perforadas. Estas se llenan de grava y los tubos están sellados tanto respecto a la superficie como respecto al agua subterránea subyacente. Al crear vacío, los vapores de los COV se extraen de las capas de tierra circundantes y se derivan hasta un sistema de purificación. El efecto del proceso puede mejorarse aún más impulsando aire caliente dentro de la tierra con tuberías y orificios adicionales a alta presión. El calor intensifica la evaporación de los COV y se produce un flujo más vigoroso de los gases del subsuelo pasando de la sobrepresión al vacío.El proceso de vacío térmico puede usarse en terrenos con una contaminación especialmente fuerte. En este caso, se extrae la tierra y se lleva a una planta de tratamiento. El material se somete a temperaturas de hasta 270 grados centígrados y a un vacío de hasta 10 mbar. Las sustancias volátiles se evaporan por completo, se condensan y recogen. El vacío no solo favorece la evaporación, sino que también asegura la descarga segura de contaminantes. Varios modelos de bombas de vacío de BUSCH sirven para ambos procesos.